Por Osvaldo Carvajal Rodríguez.
Profesor de Historia y Geografía.
Judoka
Ex SEREMI de Deportes de la Región de Atacama.
El documento que les presento es una compilación de información histórica sobre el surgimiento de las tres artes marciales olímpicas de origen asiático, que están relacionadas en su origen, que son una expresión histórica de los habitantes de sus países y en que son deportes olímpicos que se practican masivamente en todo el planeta.
El orden de la presentación de cada uno de los deportes es por la antigüedad de su surgimiento según su concepción actual, aunque sus orígenes corresponden a lo que nosotros en occidente denominamos la Baja Edad Media.
El Judo surge como una compilación de distintas escuelas de Jujitsu (estilos de artes marciales de lucha cuerpo a cuerpo que practicaban los Samuraí), a partir de las cuales el académico de la Universidad Imperial de Tokio, Doctor Jigoro Kano crea este nuevo estilo marcial en 1882 en la Kodokan Judo, como una forma dar respuesta a la crisis de identidad que vivía Japón con el advenimiento de la era Meiji en 1868, que con su intento precipitado de modernizar e imitar a Occidente hace que los japoneses tiendan a abandonar su propia cultura, al prohibir la utilización y práctica de todas las armas, vestimentas, indumentarias y estilos de vida asociados al Samurái y de la época Feudal o Shogunato, período de la historia del Japón que abarcó desde 1192 hasta la restauración del Emperador en 1868 (esta crisis la representa muy bien la película: “El último Samurái” de Tom Cruise).
El profesor Kano vislumbra que las artes feudales japonesas eran formas tradicionales que había que preservar y se embarca en la gran empresa de conocer y compilar las distintas escuelas y técnicas de lucha cuerpo a cuerpo que practicaban los Samurái, el Jujitsu, para presentarlas bajo un nuevo formato que respondiera a las exigencias de la era Meiji, bajo un solo nuevo estilo al cual denominó Judo, pero sin abandonar los fundamentos que sustentaban los principios e identidad del Jujitsu. “Las razones para el desarrollo del Jujitsu fueron: a) la necesidad de los guerreros (Samurái) de tener un medio defensivo en las ocasiones en que les estaba imposibilitado usar sus espadas y, b) la tradición de que un guerrero (Samurái) debía ser capaz de sobreponerse a una persona… sin utilizar sus propias armas, afirma E.G. Bartlett, Cinturón Negro de Judo, en su libro Curso Básico de Judo y Autodefensa. El Samuraí también practicaba otras dos artes marciales, con las cuales conformaba su desempeño y prestigio militar de invencible: el Kenjitsu o arte de la lucha con la katana y el Kiujitsu o arte de lucha con el arco y flecha.
El Judo se masifica como deportes obligatorio en todas las escuelas de Japón, el Kodokan se transforma en el lugar más respetado de Japón para la práctica de las artes marciales de los antiguos Samurái y, Jigoro Kano, llega a ser Ministro de Educación del Gobierno Imperial e integrante del Comité Olímpico Mundial, siendo una figura respetada mundialmente. En esta misma lógica Kano funda en 1895 el Budokukai, asociación que reúne a las artes marciales del Japón.
El Team Chile, órgano que reúne a la Selección Chilena de todos los deportes olímpicos le entrega la siguiente definición al Judo: “en su forma deportiva se especializa en los lanzamientos, las sumisiones y las estrangulaciones. No obstante, en su práctica integral no ha dejado de lado los golpes, los desarmes, varias luxaciones articulares, el uso de los puntos de presión y los métodos de reanimación, lo que lo hace muy apropiado para el uso por fuerzas de seguridad”. Esta definición engloba la totalidad de las técnicas que conforman el Judo, es decir las técnicas de proyección al suelo: Nague Waza; de dominio del adversario por medio de inmovilizaciones, estrangulaciones y luxaciones: Katame Waza, y las técnicas de bloqueo y golpe en los puntos vitales del adversario: Atemi Waza. “El ideal de la aplicación del Judo como defensa personal consiste en comenzar con las técnicas de Atemi Waza y con las de Nague Waza, para continuar después con las de Katame Waza. Así lograremos dominar al adversario completamente” plantea el Shigan Toshiyasu Uzawa, Sexto Dan de Judo del Kodokan en su libro Defensa Personal.
El Judo es Deporte Olímpico desde 1964, y como tal sólo permite la utilización de técnicas de Nague Waza y Katame Waza y posibilita una educación física integral, potenciando por medio del conocimiento de este las posibilidades psicomotrices, tales como la ubicación espacial, la perspectiva, el ambidextrismo, la lateralidad, la coordinación conjunta e independiente de ambas manos y pies, y acciones como lanzar, tirar, empujar, arrastrarse, saltar, rodar, caer, entre otras; y de relación con otras personas, haciendo uso del juego y la lucha como un elemento integrador y dinamizador e introduciendo la iniciación técnico, táctico y deportiva de forma adaptada, además de buscar un acondicionamiento físico general e idóneo.
Por su parte a diferencia del Judo que reúne las técnicas de combate cuerpo a cuerpo de los Samurái, el Kárate surge en contraposición de los Samurái, es una respuesta de los habitantes de la isla de Okinawa a la invasión por parte de Japón durante el siglo XVII, y de la cual los Okinawenses nunca se pudieron zafar, siendo ahora una de las principales islas de ése país asiático. Los Samurái al invadir Okinawa prohíben a sus habitantes el uso de armas y la práctica de su sistemas de lucha llamadas “Tode” o “Te”. Es así cómo estos comienzan a adecuar los movimientos que realizaban en sus labores agrícolas a técnicas de combate de “manos vacías” y sus herramientas las transforman en armamentos (el bastón para acarrear agua en el Bo, la herramienta para moler arroz, el Nunchaku y las hoces para segar o Kama, entre otros), para lo cual también desarrollan todo un sistema de técnicas para su utilización. Este trabajo meticuloso y oculto, desarrollado por siglos y por diversos maestros, es lo que se conoce como katas, por lo que su práctica representa la esencia del Kárate y un tributo a sus creadores, hombres anónimos, que tal vez muchos de ellos murieron enfrentándose a los Samurái, en defensa de su libertad y honor. Una muestra de esta rivalidad con los Samurái es la tradición que aún persiste en los karatecas de rompimiento de madera, el endurecimiento de los nudillos de las manos y lo explosivo de sus golpes de puño y piernas -que aún le dan mucha importancia practicantes de estilos como el Kyucuchin- que era una necesidad de sobrevivencia de los Okinawenses, ya que al enfrentarse a los Samurái, tenían tan sólo unos pocos segundos para poder derrotarlos o perdían sus vidas, ya que estos, los Samuraí, andaban dotados de sus temibles Katanas, además también practicaban sistemas de lucha cuerpo a cuerpo que era el Jujitsu y en un comienzo utilizaban armaduras de madera, principalmente para proteger su dorso. Es así que el practicante del Okinawa Te –denominado Karate desde comienzos del siglo XX- tenía que tener la capacidad furtiva en un combate con un Samurái de acercarse a su cuerpo con un golpe letal “Ikken Hikatsu” (un golpe una muerte) que le permitiese romperle la armadura e imposibilitar que tuviese capacidad de respuesta con su Katana y/o técnicas de Jujitsu.
En la era Meiji se consolida la ocupación de la Isla de Okinawa por parte del Japón, es así como en 1879 pasa a ser la Prefectura de Okinawa. Sin embargo el “Okinawa Té” no es aceptado por los japoneses, ya que lo consideraban un sistema de lucha practicado por los campesinos okinawenses, provincial y atrasado, quienes además nunca pudieron derrotar a los guerreros japoneses, los Samurái que practicaban Kenjitsu y Jujitsu, que en esos entonces ya eran practicados como Kendo y Judo. Sin embargo Jigoro Kano, -con su concepción de fortalecer la identidad y unidad de todo el Japón- utiliza su prestigio, poder y recursos económicos para apoyar la difusión y aceptación del karate por parte de los japoneses, es así cómo invita a su amigo Gichin Funakoshi –padre del karate moderno- a realizar demostraciones del Karate en el Budokukai en 1917 y en el mismo Kodokan en 1922, producto de lo cual en 1933 el karate es aceptado en Budokukai, por lo cual es reconocido como Arte Marcial Japonés. De ahí en adelante el karate tiene un desarrollo explosivo en todo el mundo, siendo una de las artes marciales más difundidas y practicadas en el planeta, que lo ha llevado a que este año 2016 haya sido aceptado como deporte Olímpico a partir de los Juegos de Tokio 2020.
Al igual que sucede con el Karate, el desarrollo histórico del Taekwondo también está relacionado con la invasión por parte de los Samurái, pero esta vez a la península de Corea a fines del siglo XVI, la que es conocida como la Primera Invasión de Japón a Corea. La Segunda Invasión se produce en el siglo XX en el marco de la Segunda Guerra Mundial.
Durante la Primera Invasión el gobierno colonial japonés, en proceso de suprimir al pueblo coreano, prohibió totalmente la práctica de su arte marcial nacional, denominado Taekkyion, por lo que este fue transmitido en secreto sólo por los maestros del arte hasta la liberación definitiva del país en 1945, con motivo de la derrota del Japón y la finalización de la Segunda Guerra Mundial.
Con la liberación de Corea del régimen colonial japonés, la gente coreana comenzó a recuperar el pensamiento de independencia y los juegos folclóricos tradicionales retomaron su popularidad. Song Duk-Ki, un renombrado maestro del Taekkyon, presentó una demostración del arte marcial ante Syngman Rhee el primer presidente de la nueva república de Corea. En el año 1955 el General Choi Hong Hi presenta formalmente el Taekwondo ante el gobierno coreano, quien para su creación se basó en todo lo que aprendiera en su juventud (durante la época de la ocupación japonesa) como estudiante del Taekkyon coreano y de Karate Shotokan, estilo donde alcanzó el Segundo Dan.
El Taekwondo es un arte marcial moderno convertido en Deporte Olímpico de combate desde el año 1988, siendo inicialmente deporte de exhibición hasta su oficialización en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000.