Hace algunos días apareció en la prensa un artículo que señalaba que Chile es uno de los países que tiene un bajo porcentaje en la costumbre de lavarse las manos. Esto, obviamente, relacionado con esta práctica que las autoridades sanitarias recomiendan para evitar el contagio del temido coronavirus.
Sin embargo, parece que esta aseveración no es tan precisa ni creíble como lo señala el artículo, ya que nosotros los chilenos, peyorativamente, somos muy proclives a “lavarnos las manos”, especialmente cuando se trata de algún problema que nos afecta directamente y del cual hemos sido parte.
Desde Poncio Pilatos, que de acuerdo a relatos bíblicos se lavó las manos en el caso de Jesucristo para señalar que él deslindaba cualquier responsabilidad sobre lo que le ocurriese al Mesías, que al final terminó muerto en la cruz; hasta hoy, este acto simbólico se viene repitiendo con más frecuencia que lo aconsejable.
Hoy, por ejemplo, con motivo de la pandemia que afecta al mundo y especialmente en lo relacionado con nuestro país, existen muchas autoridades que se “lavan las manos” respecto a las medidas que debieron haberse tomado oportunamente para que esta epidemia no alcanzara los niveles de gravedad que hoy apreciamos.
También la ciudadanía no ha tomado ni ha asumido las responsabilidades necesarias en el cuidado personal, y vemos cómo siguen reuniéndose en gran número en los supermercados o en las calles de las ciudades, incluso sin mascarilla, y para ellos es más fácil “lavarse las manos”, echándole la culpa al gobierno o a las autoridades de la salud si es que se llegan a contagiar.
Ni qué hablar de aquellos irresponsables que organizan y participan en fiestas masivas clandestinas con abuso de alcohol, y también en muchos casos de drogas, y que finalmente argumentarán que están estresados con la cuarentena, en circunstancia que a lo menos en la región no se ha implementado una cuarentena total.
Entonces, el llamado es a no lavarnos las manos en cuanto a la responsabilidad personal de todos y cada uno, y de una vez por todas seamos responsables, si es que realmente queremos sobrevivir a esta pandemia.