Seremi Carlos Leal: “A un año del 18-O, la necesidad del diálogo para restablecer el empleo y apoyar a los emprendedores”

Hace un año nuestro país y nuestra región vivió lo que jamás imaginamos vivir… A
un año de que se produjera una catarsis colectiva, nos vemos en la necesidad de
sentarnos y pensar ¿Cómo llegamos a esto? ¿Qué perdimos? ¿Qué ganamos?
Las demandas sociales son de total legitimidad y las apoyaremos siempre, porque
significan 0evolución, crecimiento social y mayor equidad.
Escucharnos y sentarnos a conversar más de lo que ya lo hemos hecho, es un
aprendizaje que acogimos y que, sin duda, seguiremos reforzando cada día,
porque creemos fielmente que la mejor vía para exigir cambios es el diálogo.
Cuando nos sentamos a ver qué perdimos tras el 18 de octubre del 2019, el que
más lamentamos, a su vez, es el más evidente: la perdida de puestos laborales, el
destruir la fuente de ingresos de millones de familias que creyeron en ellos, en sus
sueños y formaron sus pymes. Pequeñas empresas que fueron insensiblemente
destruidas y victimas de unos pocos, porque son los menos que protestan y
avalan la violencia como una medida de transformación.
Son estas pymes, estas familias a quienes hemos querido apoyar desde el día uno
que fueron saqueadas, quemadas o directamente verse incapacitadas de
funcionar por temor a la reacción colectiva, teniendo que cerrar sus puertas y dejar
de ofrecer sus productos.
Pero, nos azotó la pandemia mundial del covid-19, donde se demandaba el cierre
de locales comerciales y suspensión de los servicios, producto de las cuarentenas
y el constante llamado al “quédate en casa”. Pero nuestras pequeñas empresas
regionales y nacionales le doblaron la mano al destino: en vez de pausar sus
sueños, se reinventaron y utilizaron nuevas tecnologías, siendo las redes sociales
un gran apoyo para poder vender sus productos y promocionar sus servicios,
esperando la reactivación en su máximo esplendor.

A un año del 18 de octubre que marcó un antes y un después en nuestra historia,
hoy les pido que dejemos de ver sólo una pymes y pequeñas empresas y
comencemos a ver familias que usan su ingenio, creen en sus sueños, y apuestan
todo lo que tienen por luchar día a día, tener una mejor pasar y entregarle lo mejor
de sí a sus hijos e hijas y por qué no, sus nietos y nietas, además de ayudar a
otras familias con los trabajos que crean. Hoy valoremos a cada uno de los
trabajadores y emprendedores que hay tras una marca regional, una identidad y
cuidemos lo que entre todos hemos construido que sin lugar a dudas nos ha
costado mucho, mucho esfuerzo.

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