El 14 de diciembre del presente año, tendremos en nuestro país nuevamente la oportunidad de
observar un eclipse total de Sol. ¿Es algo común que tengamos dos eclipses solares totales
seguidos? La verdad es que, producto del movimiento cíclico de la Tierra y la Luna, se producen
generalmente dos eclipses lunares y dos eclipses solares cada año, por lo que tenderíamos a
pensar que la respuesta es no. Por una parte, los eclipses lunares son posibles de observar en
grandes áreas de la Tierra, en cambio, los eclipses solares son visibles sólo en pequeñas
regiones de nuestro planeta. Que Chile sea tan largo aumenta las posibilidades de que en parte
de su territorio sea visible un evento como este.
Otra pregunta frecuente que aparece tiene relación con el interés científico que despierta un
eclipse solar total. Si bien los eclipses permitieron comprobar desde la exactitud de la mecánica
celeste de Newton hasta la relatividad general de Einstein; y teniendo en cuenta que existen
científicos que los investigan y los siguen alrededor del planeta, para la mayoría de los
astrónomos es un evento que no altera sus investigaciones ni paraliza el mundo científico.
La tecnología actual cuenta con observatorios terrestres y satélites que estudian el Sol y que
prescinden de estos fenómenos para hacer su ciencia. Sin embargo, un evento celeste como este
si es de gran importancia para los diferentes pueblos originarios del país. Tanto la Luna como el
Sol jugaron siempre un papel fundamental en la organización de los pueblos, definiendo sus ciclos
agrícolas y celebraciones culturales.
Pasando desde “Ckapiniamuley” (en kunza, lengua de los Atacameños) a “zumiñii Antü» (en
mapuzungún), las lenguas de estas primeras comunidades chilenas llamaron a los eclipses como
oscurecimientos del Sol, por lo que se consideraban como un cambio en el orden regular de las
cosas. Que la zona privilegiada para observar el eclipse de este año sea principalmente la
Araucanía, da mayor relevancia al rescate y la memoria de las cosmovisiones, o manera de ver el
cosmos, de nuestros pueblos originarios.
Sin lugar a dudas, un eclipse marca un hito importante. Ya sea considerando el significado que le
daban nuestros pueblos originarios, o por el gran interés que despierta en la comunidad, se trata
de una oportunidad única de maravillarnos con la naturaleza, de aprender de ella y de apreciar los
avances científicos que hoy nos permiten predecir estos eventos celestes. A prepararnos
entonces con todos los cuidados que el eclipse y la situación actual requieren. Comienza la cuenta
regresiva.
