Sin duda alguna, vivimos un 2020 marcado por los efectos de la pandemia que golpearon al
mundo entero, donde las acciones preventivas que se llevaron a cabo desde marzo a la
fecha por el Gobierno, permitieron mitigar las consecuencias catastróficas que pudo haber
tenido el virus con la población mayor de nuestro país. En Atacama a través de un trabajo
mancomunado desde el Servicio Nacional del Adulto Mayor (SENAMA) con las distintas
redes de apoyos comunales, nos permitió continuar siendo una de las dos regiones a nivel
país sin brotes Covid al interior de los Establecimientos de larga estadía (ELEAM),
mediante una potente estrategia preventiva que además de supervisiones contempla la
entrega constante de elementos de protección personal para cada funcionario(a) que día a
día desarrolló la noble labor de brindar cuidado y protección a una persona mayor. A su
vez, sabemos que tanto las zonas urbanas como rurales de nuestra región, se han visto
coartadas en su desarrollo, y hemos tenido que modificar drásticamente nuestros hábitos
sociales, promoviendo el aislamiento y distanciamiento físico, para evitar el contagio de
esta enfermedad.
En este contexto, esta semana es histórica, ya que, llega la anhelada vacuna que carga de
esperanza a quienes son el grupo de mayor riesgo frente a este virus y quienes se sumaron
de forma voluntaria a recibir la primera dosis. Se espera que la distribución de las vacunas
se realice con la celeridad que corresponda y abarque en una segunda etapa a toda la
población de personas mayores sobre 80 años, que en la región es del orden de 8.000
habitantes y que representan el 16% del total de la población mayor de Atacama. El desafío
es complejo, pues siempre el tiempo apremia y las condiciones de acceso y movilidad de
muchos adultos mayores de nuestra región no son las ideales. Sin embargo, como
SENAMA dispondremos de todos los recursos necesarios para que el proceso sea con la
agilidad que se exige en estas situaciones, y podamos abarcar todo nuestro universo de
adultos mayores de las 9 comunas de la región. Porque la salud no puede esperar, debe estar
siempre en el centro de cada decisión política y social, en especial en el ámbito de la
atención y calidad de vida de nuestras personas mayores.
